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lunes, 18 de julio de 2011

Y... ¿colorín colorado?: El divorcio, un proceso de renovación y aprendizaje


A mis  ángeles, quienes me han acompañado de forma solidaria en este difícil proceso:

1) Mi madre: el mejor ejemplo de resiliencia,  tolerancia, amor,
comprensión e incondicional apoyo.
2) Mi hermana: esfuerzo, generosidad, lealtad y
amor, son las palabras que la definen.
3) Mi ÁNGEL TERRENAL: Su presencia, profesionalismo, asesoría
y paciencia han sido elementos vitales para defender mis derechos y
 darme la esperanza de un futuro con proyectos alentadores...¿qué hubiera sido de mí sin tu celestial aparición?  
4) Mi ÁNGEL FEMENINO: Quien me ha brindado su confianza desde
el día que nos conocimos, fomentando en mí, el sentido de lucha,
escritura, esfuerzo  y ayuda hacia las demás mujeres...Sylvia, ¡eres lo máximo! 
5) A TODAS las mujeres que me honran con su confianza y su apoyo virtual, a través
de la lectura en mis blogs, de sus correos, de sus suscripciones, de sus eternas
bendiciones y compartiendo sus propias experiencias. 

¡¡GRACIAS...por ustedes he superado este duro proceso,
enseñándome a transformar el dolor en  fortaleza y en espíritu de lucha!!

¿Morir de amor?...¡¡jamás!!

 “Sin mi marido, yo no sería capaz de sobrevivir; preferiría estar muerta
antes que estar sin él”

Esa era mi forma de pensar (hoy lejana y absurda), desde que me uní de manera emocional, sentimental, económica y legal a mi, todavía, esposo. Dicho pensamiento rigió mi vida durante casi 18 años de matrimonio (en verdad así lo creía, me aterrorizaba la simple idea de no tenerlo cerca). No era un secreto, vergonzosamente reconozco que acostumbraba gritarlo a los cuatro vientos, repitiéndolo incansablemente a él y a toda la gente cercana. Sin embargo, esta estúpida idea  solo contribuyó a acrecentar su soberbia y a hundirme en una triste y cruel dependencia emocional, de la que hoy, apenas comienzo a liberarme.

Hace poco más de un año comenzamos los trámites para un “sencillo y rápido divorcio voluntario”, decisión dolorosa para ambos, y sorpresiva  para la familia y quienes nos rodeaban, pues siempre nos imaginaban como una pareja perfecta, la familia ideal. Sin embargo, no lo éramos.

Hoy me encuentro en medio de una complicada e interminable separación legal de aquel hombre que creí “indispensable”, y del que pensé permanecer enamorada y unida hasta el fin de mis días, pero, inexplicablemente, mi amor por él se esfumó como se extingue la llama de una vela. Ahora, escribiendo estas líneas, puedo darme cuenta, felizmente, que no he muerto de dolor a pesar de las dificultades legales por las que atravieso.

La realidad es que he sobrevivido, …¡sigo más viva que nunca para pelear por mis derechos! Sería más fácil morirme a causa de un catarro, pero por amor… ¡¡jamás!!

En esta entrada hablaré del proceso de divorcio desde el punto de vista femenino, basándome en varios estudios, pero especialmente, desde mi propia perspectiva, desde mi experiencia...


Cuando iniciamos una relación nos imaginamos que será para siempre. Soñamos con construir un hogar, tener unos hijos preciosos y vivir juntos y "felices para siempre" (el típico final de los cuentos sobre príncipes azules inexistentes). Cuando descubrimos que este plan de vida y la complejidad de la relación de pareja no era como lo esperábamos, comenzamos a pensar en alternativas, y quizás nos lleven a tomar la decisión de divorciarnos. Es entonces cuando sentimos que el fin del mundo (al menos el nuestro), ha llegado. 

La cantidad de divorcios registrados aumenta en todo el mundo occidental de forma vertiginosa. Algunos expertos prevén que muchos más de la mitad de los matrimonios que se celebran cada año acabarán en divorcio. Por otra parte, la proporción de matrimonios de divorciados es elevada: tres cuartas partes de las mujeres divorciadas vuelven a casarse, aunque aproximadamente la mitad de ellas se divorcia de nuevo.

Los problemas que pueden deteriorar el amor de una pareja suelen ser, entre otros: El advenimiento del primer embarazo (cuando es producto de una gestación no deseada), la insatisfacción sexual, la falta de comunicación o la comunicación negativa, el tránsito del amor pasional al amor maduro, la distribución de las tareas del hogar, la intervención de la familia de ambos cónyuges en su vida, la infidelidad y los celos, el problema de los "amigos de él", los "almuerzos de ella", los problemas económicos y el maltrato.

Las mujeres no incluimos la separación dentro de nuestros planes. Pero si llega el momento, nos surgen las siguientes interrogantes: ¿Y ahora qué hacemos? ¿Cómo afrontarlo? ¿A quién podemos pedirle ayuda? ¿Divorciarse quiere decir que hemos fracasado? ¿O es una etapa más en la vida que debemos asumir y verla como una oportunidad para crecer?

¿Cómo manejar el divorcio?
El divorcio, desde el punto de vista psicológico, puede verse como cualquier otro proceso de duelo, ruptura, separación o muerte. Requiere elaboración y trabajo para superarlo.

El divorcio trae consigo profundos cambios, así como la pérdida de un sueño de proyecto de "familia feliz".

Toda crisis matrimonial, que desemboca en un divorcio, suele conllevar una gran dosis de sentimientos encontrados, tanto de decepción, soledad, fracaso, como de rabia, impotencia, ira, frustración…

Etapas
Incertidumbre:
En esta etapa nos preguntamos: ¿Será la mejor decisión? En los primeros días (antes o después de la firma de papeles), se vivirá en gran medida  la parte emocional del proceso: llanto, pena, preocupación, preguntas sobre el porqué de la situación, rememoración de momentos pasados, culpabilidades, etc.

Shock:
Quedamos impávidas y absortas, imaginando una vida difícil, insegura y casi imposible, pues estamos acostumbradas a una vida (quizás no tan cómoda como creemos), pero conocida. La tentación hacia el conformismo y a evitarnos problemas, pleitos legales, emociones y discuciones, nos invaden en varios momentos. 

Rabia: 
¿Por qué me pasa a mi?. Vemos el proceso como un fracaso. Nos preguntamos a cada momento, por qué no pudimos salvar la relación. Sentimos rabia contra la pareja y contra nosotras mismas. Aunque hayamos sido nosotras las que propiciamos la separación. La depresión, tristeza y dolor son inevitables.

Nostalgia:
Luego viene una fase de anhelo, extrañar a la pareja, es una etapa de más apaciguamiento, pero con mucha nostalgia.

Aceptación:
Generalmento no lo haremos con alegría, no importa quien lo haya decidido o propiciado, pues aunque hayamos sido nosotras,  tendremos que vivir el duelo y al final  asumir la situación.


Desde la etapa de shock hasta la aceptación, suceden en forma simultánea; no son diferenciadas. No nos damos cuenta cuando estamos tristes, cuando sentimos rabia o cuando ya estamos aceptando la situación. Sin embargo, siempre vivimos este proceso, sobre todo, cuando la ruptura se da de forma abrupta. Todas las mujeres tienen que pasar por estas etapas para poder superar el divorcio.
Poco a poco nos iremos acondicionando a la nueva vida. Es entonces cuando entrarán en escena nuevas preocupaciones, tales como las pérdidas económicas, materiales, de propiedades, las relaciones familiares y con los amigos mutuos...

Si te encuentras en una etapa avanzada de tu divorcio, o tienes algún tiempo separada, los siguientes criterios pueden ayudarte a evaluar tu etapa de aceptación y adaptación:
  • ¿Has aceptado que tu matrimonio se terminó?
  • ¿Has hecho las paces con tu ex-esposo, a modo de llevar una relación respetuosa y cordial por el bien de tus hijos?
  • ¿Has analizado cómo contribuiste para llegar al divorcio? (sin sentirte culpable, solo como una forma de asumir tu parte de responsabilidad)
  • ¿Has establecido un soporte o red de apoyo con tu familia, amigos, grupos de ayuda o profesionales?
  • ¿Has pensado en un proyecto a futuro diferente de las metas que tenías planeadas en el pasado? En otras palabras, planea tu vida como una mujer soltera.
Asesoría Legal:
Es recomendable que desde antes de inciar el proceso, casi desde los primeros avisos, solicites asesoría legal, principalmente. Las leyes, los jueces, tus derechos y la forma de exigirlos estarán mejor protegidos y los comprenderás mejor cuando un verdadero profesional te asesore.

Si deseas asesoría, puedes dirigirte a las instancias que aparecen en la barra derecha de este blog. Para comenzar el trámite de divorcio, lo correcto es acudir al Juez Familiar del Tribunal Superior de Justicia que te corresponda. Cada entidad federativa cuenta con instancias gubernamentales que proporcionan "abogados o defensores de oficio". En dicha barra puedes localizar el enlace respectivo..

Muchas mujeres aceptan, sin luchar, los pormenores de la separación, perdiendo así gran parte de sus derechos (por experiencia propia, puedo decir que es el peor error que se comete, pues recuperarlos implica un mayor desgaste económico y emocional). Esto se debe a que se toman decisiones en un momento poco adecuado, al dolor, la culpa, y, muchas veces, al acostumbrado sometimiento que las mujeres padecemos, a través de sugerencias, órdenes y hasta amenazas que la pareja ha ejercido de forma normal en contra de nosotras durante la relación, lo cual, se ve reflejado mayormente, también en esos momentos.

Cuando pasamos por una etapa altamente emocional y estamos deprimidas, angustiadas o tensas, es mejor no tomar decisiones, porque podemos equivocarnos. Nuestra culpabilidad o nuestra responsabilidad nos hará tomar decisiones erróneas de las que nos arrepentiremos más adelante.

Casos como perder una propiedad por no pelear con el ex-marido, hace que luego la mujer se encuentre en una situación inferior, en desventaja, sin un sitio donde vivir y sin el dinero que le corresponde.

Si las cosas surgen muy precipitadamente y no te encuentras con ánimo de tomar decisiones, busca ayuda profesional (psicológica pero, principalmente, legal) y asesórate con alguien que te ayudará a buscar la parte más beneficiosa para ti. No estará involucrado emocionalmente y podrá luchar mejor por tus intereses y propiedades.


El dolor:
El divorcio es uno de las cosas que causa más tensión en una persona. El cónyuge que se va, frecuentemente experimenta un alto sentido de remordimiento y culpa, mientras el que se queda, se encontrará desprevenido para el final de la relación. La decisión para el divorcio es hecha típicamente con ambivalencia, incertidumbre y turbación. Es un paso muy difícil. La identidad de toda la familia cambia, de la misma forma que los principales involucrados.

El dolor y el sentido de pérdida son comunes en estos casos. Aun cuando tú seas quien quiere el divorcio porque te hayas dado cuenta que ya no amas a tu marido, puedes sufrir la pérdida del utópico sueño de “vivir felizmente para siempre”.

Por ejemplo, si la familia era un grupo cercano, que gozaba de eventos deportivos y reuniones, esa identidad va a cambiar. Si eran parte importante de tu entorno y de tu vida, podrás experimentar dolor por la pérdida de dichos integrantes.

Si tienes hijos, puedes afligirte por ellos, o sentirte culpable acerca de los cambios en sus vidas que serán ocasionados por el divorcio.

El dolor es normal, pero si la intensidad del dolor es demasiado grande, o el tiempo de pérdida parece muy largo, entonces buscar consejos entre gente que te quiera o de algún profesional en ayuda emocional, puede ser útil y apropiado.

Pronto te darás cuenta que el divorcio no es un evento con un claro principio o final… ¡¡es un proceso!!. Este proceso frecuentemente comienza mucho antes de cualquier acción legal, y puede durar años.

Si eres tú quien pide el divorcio, tendrás que enfrentarte a tu propia decisión, y además, deberás explicarlo a todo tu entorno familiar y social más íntimo y cercano, así mismo, deberás tener en cuenta, todas las circunstancias y consecuencias de dicha decisión.

Si tú cónyuge lo ha solicitado, deberás estar preparada para afrontar todas las consecuencias, por lo que, deberás reflexionar sobre los siguientes puntos:
  • Ten claro que un divorcio, siempre conllevará cambios en tu situación económica y financiera, estilo de vida y tradiciones.
  • Un divorcio implica aceptar la tristeza y la ira de tus hijos, que no entenderán el por qué de la ruptura (no importa la edad).
  • Un divorcio puede significar, tener que afrontar una etapa de inseguridad, miedo y temor a lo desconocido.
  • Y, por último, deberás ser capaz de romper con todo tu pasado, mental, emocional y espiritualmente, puesto que una nueva vida comienza para ti.
El divorcio en todas sus fases:
El divorcio legal

Disolución o conclusión del casamiento por las leyes de cada país. Es común sentirse fuera de control cuando los abogados y jueces asumen las decisiones. Si quieres tener más control durante el proceso, intenta mantener una comunicación clara y cercana con tu abogado.



El divorcio emocional
Cadena de eventos, sentimientos y emociones que continúan durante el proceso del divorcio. El divorcio emocional significa abandonar los sentimientos que se involucraron en el casamiento. Ambos pueden sentirse desilusionados y enojados mutuamente. Lo ideal es ser conscientes del cambio, y aceptar que el casamiento entre ambos no se encuentra ya dentro de sus necesidades.

Al encarar un divorcio, ambos cónyuges necesitan relajarse para hablar; necesitan discutir planes para el futuro, incluyendo cómo educarán a los hijos, cómo trabajarán juntos como padres; las responsabilidades se dividirán y cómo involucrarán a la familia y amigos. La amargura y los conflictos deben apartarse cuando empiecen a hacer de proyectos de vida diferentes, pero integrándose por las cosas, situaciones y responsabilidades que compartirán.

El divorcio económico
División o repartición justa del dinero y propiedades, requiriendo que la pareja (que una vez funcionaban como socios), aprendan a establecerse de forma independiente.

Los acuerdos de divorcio aceptan a menudo el supuesto de que la mujer será autosuficiente en cuanto a sus ingresos, pasando por alto la gran disparidad existente entre los sueldos de los hombres y los de las mujeres. El divorcio de común acuerdo ha constituido un auténtico desastre económico para las mujeres que carecen de preparación profesional, de destrezas laborales o de una experiencia laboral importante.

Las mujeres son quienes más sufren una injusticia económica. Las madres son las que tendrán que trabajar más horas, reduciendo la cantidad de tiempo disponible para sus niños. Un arreglo sobre el cuidado de los niños y más confianza en que los hijos mayores ayuden con los deberes familiares, puede ayudar en tu estabilización.

Hay varias cosas que debes pensar cuando estés negociando los cambios económicos causados por el divorcio:
  • No involucrar a los niños en cargas financieras. Preocuparse por dinero puede ser difícil para ellos. Tus hijos necesitan apoyo y solidez.
  • Analiza tus necesidades financieras y tus recursos disponibles. Haz una lista de tus ingresos y gastos. Los presupuestos son instrumentos poderosos para mitigar la tensión financiera. 
  • Controla tus gastos, especialmente, en los meses iniciales después del divorcio.
  • Planea mejorar tu situación económica. Es importante buscar educación adicional o entrenamiento en alguna actividad extra para poder aumentar tus ingresos en un futuro.
  • Lo más conveniento es que tu ex-pareja y tú planeen el futuro de los hijos. Ambos padres generalmente son responsables por la educación de sus hijos. ¿Será posible para guardar dinero para este propósito? 
Muchas veces, la tensión durante este proceso dificulta la comunicación entre la pareja involucrada, por eso es necesaria la intervención de algún profesional legal, que pueda planear y dirigirte en este tipo de situaciones. No minimices la importancia de los puntos anteriores, es vital que exijas tus derechos y quedes protegida junto con tus hijos.

Sin embargo, hay que reconocer que a pesar de todas las dificultades, muchas mujeres han logrado subsistir y sacar a sus hijos adelante. Señalan ciertas ventajas correspondientes a su categoría de progenitoras únicas, como la sensación de autonomía e independencia.

El estilo de vida alternativo de la mujer sin pareja se considera cada vez más válido y satisfactorio.

El divorcio coparental

Las negociones de criar a los hijos después de la separación son importantes. La mayoría de los padres se preocupan por los efectos que el divorcio tendrá sobres sus niños. Existen estudios que revelan que los niños crecen mejor en un hogar protegido por uno de los padres, que por los dos padres que viven con altos niveles de conflictos. Por supuesto, si el divorcio no sirve para detener los conflictos, los hijos, probablemente, no mejorarán.

Después del divorcio, tendrás que aprender a continuar con tu papel de madre, mientras sales del papel de esposa. Esto requiere que aceptes que ya no vas a poder a controlar las acciones de tu esposo respecto a los hijos. Esto puede ser muy difícil. Sin embargo, hay ciertas tareas que te ayudarán a cumplir este papel efectivamente:
  • Evita criticar a tu ex-esposo frente a los niños. 
  • Resiste el impulso de usar a los niños para enviar mensajes a tu ex-esposo.
  • Intenta hablar directamente con tu ex pareja, cuando sean cosas relacionadas acerca de los niños. Algunos padres encuentran efectivo planear un momento de reuniones regulares, lo cual funciona para tener las líneas de comunicaciones abiertas con respecto a los niños.
  • Evita preguntarles a los niños información acerca de tu ex-esposo.
  • No conviertas a tu hijo en un confidente. Aunque es importante que recibas el apoyo emocional que necesitas por parte de tus hijos, siendo tu confidente puede ser malo para ellos. Busca amigos adultos, familiares, grupos que te asistan o consejeros para llenar este papel. 
  • Evita el Síndrome de Alineación Parental, puedes perjudicar a tu hijo, más que el daño que crees causarle a tu cónyuge.
Lo ideal es que ambos padres intenten proteger a los hijos de la forma descrita, sin embargo, la experiencia dicta que, en la mayoría de los casos, alguno de ellos procede de forma negativa, tomando como "rehenes" a los hijos y propiciando rencor, miedo, inseguridad e inestabilidad emocional en ellos.

La separación y el divorcio hacen un cambio entre la relaciones de padres a hijos. Independientemente de su edad, debes asegurar la tranquilidad de tus hijos:
  • El problema es con tu pareja, nunca con ellos.
  • La única forma en que los hijos no sufran durante la separación o divorcio, es que los padres estén plenamente conscientes de que deben explicarles claramente la situación a ellos y decirles que, independientemente de la decisión que tomen, ambos cónyuges seguirán queriéndolos y ayudándolos.
  • Si no hay más remedio que el divorcio, siempre será preferible una separación amistosa que una conflictiva, por el bienestar y seguridad de los hijos y de la propia pareja.
  • Hay que hacer un gran esfuerzo para superar el rencor y la rabia, pero es indispensable por el bien de todos.
El divorcio comunidad
Se refiere a los cambios en las relaciones con amigos y la comunidad durante el divorcio. El apoyo inicial de la familia y amigos frecuentemente se termina cuando el proceso del divorcio continúa. Puedes sentir como que hay menos gente disponible para asistirte y apoyarte cuando más lo necesitas.

Ocasionalmente te sentirás incómoda alrededor de tus amigas casadas. El rubro de amigos mutuos que se desarrolló como una pareja casada, puede sentirse un poco rasgado después del divorcio. Quizás ellos no se sientan cómodos conviviendo en ambos lados. En estos casos, si no sientes un apoyo verdadero, lo mejor es alejarse. Momentáneamente no son la ayuda o compañía que necesitas.

El divorcio altera los sentimientos de una mujer en sus relaciones sociales. El temor y sensación de vulnerabilidad son comunes entre las mujeres que se divorcian. Puede ser particularmente difícil salir a divertirte, si no has salido en años. Las combinaciones de miedo, vulnerabilidad e incertidumbre pueden causar que evites involucrarte socialmente.

Hay cosas que puedes hacer para ayudarte a reconstruir tu red de apoyo: inscribirte en un gimnasio, atreverte a hablar con la gente, buscar trabajo (recuerda que eso es una prioridad), ir al cine, visitar a tu familia, recordar a tus viejas amistades, las cuales no veías durante el tiempo que estuviste casada, pero sobre todo, identifica a la gente, conocida o nueva, que puede apoyarte positivamente en tu proceso de duelo.

Muchas mujeres hacen nuevas amistades después del divorcio. Esto puede causar menos tensión que tratar de mantener contacto con las amistades viejas, quienes podrían alejarse de ti en estos momentos, o concentrarse en juzgarte, reclamarte, reprocharte o criticarte…¡¡ y eso no lo necesitas!!

Si no logras sentirte bien contigo misma como resultado del divorcio, podría ser útil conseguir algunos consejos o ingresar en un grupo de ayuda para con el fin de solucionar tus problemas de confianza y reforzar tu autoestima.

El divorcio psíquico 
Es el proceso de separarse del esposo y desarrollar autonomía. El divorcio psiquico es la verdadera separación del ex-esposo. Es el procedimiento de aprender a vivir sin una pareja, de forma tal, que lo disfrutes y  valores tu nueva etapa

Posiblemente tomará un tiempo antes de recobrar la independencia y fe en tu habilidad para funcionar con esta experiencia de tu vida. El divorcio psiquico debe desarrollar conocimientos sobre el por qué estuviste casada con ese hombre, y por qué terminó en divorcio. Expertos en este tema sugieren que casarse no debe realizarse como acto de desesperación. El casamiento no debe usarse para resolver problemas o para contrarrestar los abatimientos personales. Pero frecuentemente esas son las razones por las que ocurren los matrimonios, y por lo tanto, desembocan en divorcios.

Es especialmente importante pensar acerca de  esto, porque las personas tienden a volver a casarse, repitiendo los patrones de conducta, es decir, por las mismas pobres razones que se casaron la primera vez.

Lo más conveniente es que vivas y disfrutes una etapa de duelo, autoconocimiento y paz interior, antes de involucrarte en otra relación.

Apoyo familiar y de amigos:

Como hemos visto, el divorcio es un período de transición y de dolor. El tiempo de duelo puede ser esencial para la curación emocional. El cambio de categoría y de roles resulta estresante. La mujer tiene que cambiar su papel de esposa por el de divorciada, lo que puede ser difícil para quien ha definido en gran parte su identidad mediante el rol de esposa.

Una de las consecuencias más desagradables del divorcio, es la necesidad de enfrentarse al dolor de otras personas, ya sea el de tus propios hijos, el de la familia o el de los amigos, puesto que un divorcio afecta  la vida de mucha gente cercana.

Para estar preparada para todos estos altibajos causados por el divorcio, es necesario que tengas una red de apoyo familiar y social que te puedan presta la ayuda emocional que en estos momentos necesitas.

 
Cada vez que nos encontramos en una mala situación, normalmente acudimos a la familia. Generalmente, podemos confiar en que ellos estarán allí, aún en los peores momentos. En un divorcio, su apoyo se vuelve indispensable. Podemos pasar atapas muy difíciles y en la familia encontraremos la ayuda que, de alguna manera, requerimos.
No hay nada mejor que comenzar una nueva vida después del divorcio. Tal vez  en ciertos momentos (sobre todo en  los iniciales), tengamos que depender de algunos miembros de nuestra familia, pues necesitaremos conseguir la ayuda que esperamos de la mayoría de ellos. Sin embargo, la realidad indica que no siempre es así. No podemos obligar a quien no quiera a mostrarnos su apoyo, a comprendernos o escucharnos. Cada quien es libre de tomar sus decisiones, incluyendo tus hijos.

Lo que ahora necesitas es pensar en tí misma. Enfócate en conseguir toda la ayuda y apoyo que necesitas de las persona en las que confías plenamente. Si no es así, no te sientas abatida, verás que siempre habrá alguien (tal vez en quien menos esperes) que te inyectará  energía, vitalidad o, simplemente, estará a tu lado.

Tu verdadera familia y amigos te ayudarán en los tiempos difíciles. No necesitarás pedirlo, o tal vez sí, pero ellos colaborarán con cualquier cosa para minimizar lo que esté afectando tu vida. Con su apoyo, no debes preocuparte demasiado; cuando estás en compañía de tu familia, ellos te darán de forma incondicional lo que necesites para lograr mejoría en tu situación. Sin embargo,  asegúrate de que tu familia  entienda que el proceso por el que atraviesas es serio, duro y triste para tí y tus niños, eventualmente.

Con frecuencia, algunos amigos y miembros de la familia que siempre estuvieron en desacuerdo con tu elección de pareja, estarán encantados de decir: “te lo dije”. Diles “basta” cuando hayas escuchado suficiente. No necesitas reproches ni comentarios fuera de lugar.

¿Qué necesitas durante el proceso de duelo?
  • Comprensión
  • Fuerza
  • Tolerancia
  • Ayuda económica
  • Ayuda con los hijos
  • Tiempo
  • Espacio
  • Amor
  • Desahogo
  • Consejos
  • Distracción
  • Momentos de meditación y auto.reflexión
 ¿Qué NO necesitas?
  • Reproches
  • "Te lo dije"
  • Críticas
  • Indiferencia
  • Deslealtad
  • Burlas
  • Soledad absoluta
  • Abandono emocional
Una vez que has dejado muy claro que necesitas obtener ayuda y amor de tu familia, debes confiar en aquellos que muestren sus mejores intenciones y respaldo hacia tí; quien no esté dispuesto a hacerlo, estará en su derecho, como tú en saber reconocer y aceptar a la gente que te quiere, así como a los que debes mantener lejos de tu lado, al menos, mientras te repongas del duelo del divorcio.

Lamentablemente es en casos como estos, cuando aprendemos a reconocer de forma dolorosa a la gente  que realmente le interesamos y a los que no (aún a la que creíamos cercana y leal). Normalmente los amigos y algunos familiares se mantienen junto a nosotras cuando todo es "perfecto" y "sin problemas", pero es en las caídas y en las derrotas cuando conocemos a la gente: en sus reacciones, en sus comentarios, en sus silencios...claro que nos dolerá darnos cuenta, pero eso también forma  parte del aprendizaje en este camino. 

Una verdadera familia siempre está ahí para quien lo requiera, no importa cuándo, por qué o dónde. El objetivo es ayudar y apoyar en época de necesidad. No hay ninguna razón por la cual debamos estar preocupadas cuando se tiene el amor de ellos, el cual es necesario para ser feliz. Asegúrate de tener tiempo para compartir con tu familia y permanecer en contacto con ellos. Puedes tener reuniones una vez al mes para cenar o para una taza de café. Esta es una buena manera para que pases calidad de tiempo con tus seres amados.

Amigos y familiares pueden ser la columna vertebral de apoyo en el divorcio:

Cuando te sientas segura de que puedes tener garantizado en tu verdadera familia y amigos el confort, el respaldo y la lealtad que requieres, te sentirás mejor y podrás abrirte con ellos un poco más. Esto es algo crucial para el futuro que tendrás.Poder hablar con alguien cuando lo necesitamos, decir lo que sentimos o pensamos es indispensable. Debemos confiar en ellos y no tener que preocuparnos por contarles nuestros secretos.

Tus seres queridos pueden hacer mucho para ayudar a tus hijos durante el proceso de divorcio y después de él.
Fomenta relaciones de los niños con la familia extendida cuando no sea perjudicial. Gente como los abuelos, abuelas, tías, tíos, sobrinos y primos pueden ayudar a pasar el mal trago del divorcio. A veces cuando los padres pelean, es bueno que los niños tengan lugares familiares a los cuales escapar, con miembros de la familia.

Tal vez requieras cierta ayuda con los niños, o  bien, ayuda financiera, y podrás conseguirla generalmente  de tus padres o de otros miembros cercanos de la familia. Ellos no querrán ver que sufras y harán que tu vida sea un poco más fácil. Recuerda que mereces tener tiempo para ti misma y convertirlo en un regalo semanal para ti puede ser beneficioso.

Aprovecha la oportunidad para reiterar la cercanía con quienes tengas cierta distancia emocional debido a los conflictos de pareja. Supera los resentimientos mezquinos y reúnete con ellos.

Las personas que conozcas a menudo te animarán a “volver al caballo” para empezar a salir de nuevo. No te presiones, toma  un periodo de espera, el cual es distinto para cada una de nosotras. Toma en cuenta las consecuencias legales, consulta a tu abogado si tener una nueva relación amorosa afectará la custodia de tus hijos.

Sin embargo, si no tienes ganas de salir, habla y dile a la gente que no te interesa salir, es tu vida. Recuerda, ahora tú tienes el poder de decisión y elección.

Después del divorcio:
Toma un respiro profundo. El divorcio ha sido probablemente uno de los periodos más difíciles de tu vida, incluso si es algo que tú elegiste. Si tienes niños, te darás cuenta de que estás atada a su padre de por vida. ¡No te desanimes! Si ambos son maduros, pueden llevar una relación cordial por el bien de los hijos.

Tal vez todavía existan documentos finales que firmar, hechos que presenciar, pensiones que conseguir, casas que vender… ¡¡la vida sigue!!.Una puerta se cierra detrás, pero otra se abre por delante. ¿Cómo pasar el resto de tu vida? Eso depende de ti. Piensa positivo sobre ti, sobre ti misma.

Quizás, muy pronto, puedas encontrar el verdadero amor, pero esta experiencia te servirá para elegir mejor. Mientras tanto, disfrútate a tí misma. Ahora tienes la gran opción de elegir, ya sabes qué quieres y que no deseas en tu vida. Créeme, terminarás valorando tu independencia y tu libertad.
Ventajas:
Cuando se habla de la mujer sin pareja, suelen apuntarse dos ventajas. La primera es la libertad. No hace falta que te pongas de acuerdo con nadie para comer, sobre el programa de televisión que ver o de cómo emplear el dinero. Tienes libertad de movimiento para trasladarte, si le conviene a tu carrera profesional (o de quedarte donde estás, sin tener que decidir en beneficio de la carrera del marido). 

La otra ventaja consiste en la sensación de autosuficiencia y de competencia. La mujer sola tiene que molestarse en arreglar por su cuenta el grifo que gotea, pero, al hacerlo, adquiere la sensación de que es capaz de encargarse de esas cosas. Estudios revelan que las mujeres sin pareja mantienen un nivel de satisfacción más elevado que las casadas.

Entre las mujeres sin pareja, la satisfacción vital está correlacionada con las circunstancias de gozar de buena salud, no está sola como todos creen, tiene la facultad de hacer nuevas y valiosas amistades, realiza actividades que antes no podía hacer, y está muy comprometida con su trabajo.


Entonces, ¿el divorcio es un fracaso?
Definitivamente NO es un fracaso. Es natural que la mujer sienta que fracasó en la vida en un principio, pero con el tiempo se dará cuenta de que no es así. La separación  es un proceso  necesario en muchos casos.
Un proceso de renovación, de oportunidades y de aprendizaje en múltiples sentidos.

Asume la situación como algo que tenía que venir. Muchas mujeres se divorcian queriendo aún a su pareja, otras porque han vivido problemas por mucho tiempo, hasta que deciden separarse. De una u otra forma, es importante concientizar el proceso de divorcio, decidir “cómo lo voy a vivir, cómo lo voy asumir.

MUJER:

El divorcio no es un fracaso, sencillamente es una etapa de la vida por la que tienen que pasar las parejas cuando una relación no funciona. Debemos verlo como un aprendizaje. Aprender de los errores para no repetirlos en el futuro.

Si lo ves como un fracaso te sentirás frustrada, decepcionada y sola; creerás que en las próximas relaciones te irá mal o peor...y solo conseguirás deprimirte. Recuerda:  ¡No es así!.

Muchas veces para tener éxito en la vida hay que pasar por procesos de dolor. Procesos de aprendizaje y ver el divorcio como una oportunidad para crecer y no como un fracaso.

Si la relación no funciona porque uno de los miembros no quiere cambiar o no quiere mejorar la relación de pareja entonces la solución más sana tiene que ser el divorcio.

Todos los seres humanos, especialmente las mujeres,  tenemos la capacidad para superar cualquier dificultad, incluyendo el divorcio, aunque inconscientemente pensemos que las mujeres tenemos que casarnos para toda la vida.

Es un proceso que todos tenemos la capacidad de solucionar, evolucionar y crecer. Ayuda leer libros de autoestima y textos sobre cómo superar situaciones difíciles, cómo manejar la relación de pareja. Además, de practicar actividades recreativas, ir al cine, a la playa, a eventos que te permitan sentirte tranquila, relajada y autoafirmarte como mujer.

Finalmente, acepta que el divorcio es una experiencia más en la vida. Mientras no decidas evolucionar y salir adelante con esos procesos no lo vas a lograr. 

Es cuestión de decisión:
Decide sentirte bien contigo misma, a pesar del divorcio.
 ¡¡Jamás pienses que morirás de amor o necesidad por nadie, mucho menos de soledad!!







3 comentarios:

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  2. Crisálida, excelente artículo muy bien estructurado paso a paso, inteligente mente expresado, Me impresiona porque cuentas tu propia experiencia con realismo y orientación tales que me quedo con un sentido de tranquilidad y admiración a tu valor. Sé, estoy segura que el fin de todo este engorroso asunto ya va a terminar y vas a poder seguir tu camino hacia el éxito y libertad, ya que por eso luchas, muy merecido

    ResponderEliminar
  3. Gracias "SZ" (Super Zafiro), tu presencia virtual ha sido esencial, tus consejos, tu ejemplo, tus palabras, tu compañía, tus regaños, tus opiniones, tu paciencia...¡¡TÚUUU!!! en toda tu extensión. Gracias por tu siempre agradable y honorable compañía...TE QUIERO MUCHÍSISISIMO!!!

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