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jueves, 27 de octubre de 2011

¿Amas al hombre equivocado?...¡DESPIERTA, la equivocada eres tú!


Pocas mujeres pueden presumir de amar al hombre correcto, al ideal…Tal vez en algunos casos así sea, pero, ¿no será que muchas veces nos engañamos a nosotras mismas al vivir inmersas en una relación destructiva?, ¿no será que idealizamos al hombre con el que estamos, aprendemos a justificar y a perdonar cualquier tipo de maltrato, indiferencia o, lo que es peor, su notable agresividad “masculina”?


Durante casi veinte años viví convencida de que amaba al hombre correcto,  al que cubría todas mis expectativas...¡no había más ideal que él!. Y así me entregué, de forma incondicional, total y absoluta. Sacrificando mis sueños, mi espacio, mis gustos y hasta mi salud. En aquellos ayeres, no podía imaginarme lejos de él. Dí todo (y más) con tal de estar al lado del hombre a quien  creí amar.

Tardé muchos años en darme cuenta de que el individuo en cuestión no era más que un simple y defectuoso mortal, con miles de carencias y errores (¡increíble!...era como cualquier ser humano), entre los que destacan: ser un maestro del control, de la frialdad, del egoísmo, de la avaricia y de la soberbia. Sin saberlo, a su lado viví violencia sutil, micromachismos (mM) y manipulación.  


Lo admito:  yo fui quien  inventó una imagen que no correspondía a  la realidad. Gracias a que desperté de mi sueño, hoy puedo decir que lo conozco tal y como es, y no se asemeja en nada a lo que alguna vez fabriqué en mi mente y en mi corazón.


Hoy lo firmo, lo reafirmo y lo confirmo: un hombre  egoísta, que es incapaz de reconocer y agradecer , que ignora los sacrificios, que desvaloriza el amor de una mujer que lo amó a cambio de nada, no es un hombre equivocado, simplemente... nunca valió la pena. 

En resumen, él  no era el hombre equivocado, la que se equivocó al idealizarlo, al justificarlo y al ignorar las múltiples señales de advertencia durante tantos años...¡ fui yo!! 


Probablemente, en alguna ocasión te has preguntado por qué te enamoras de quien no debes, quizás no entiendes por qué te interesas por hombres que sabes que no te convienen y que pueden hacerte daño. Créeme, no eres la única, muchas féminas hemos pasado por ese trance de confusión. Pero no te alarmes, si te lo has preguntado, es buena señal, porque tu subconsciente te indica que intentas reaccionar, pero no tardes mucho…¡¡DESPIERTA CUANTO ANTES!!



 "A pesar de todo el dolor y la insatisfacción que acarrea, amar demasiado es una experiencia común para muchas mujeres que casi creemos que es así como deben ser las relaciones de pareja", explica la terapeuta estadounidense Robin Norwood, autora del libro Las mujeres que aman demasiado (2002).


Existe un mercado saturado de historias de amores difíciles, imposibles, conflictivos, y ello no ayuda a la mujer que se siente atrapada en una relación no gratificante, porque no le permite ver todo lo negativo o enfermo que hay en su propia actitud que las lleva a no poder desprenderse de lo que las está destruyendo.



Nos venden basura donde, para colmo, nos enseñan cómo retener o recuperar a un hombre… y eso no debe ser. ¡Es ridículo!!



Las mujeres que se sienten atraídas por hombres problemáticos, distantes, inaccesibles, suelen terminar amando a un hombre indeseable y sufriendo por amor.

Así es, muchas mujeres no hemos sabido identificar a tiempo las señales que nos gritan, casi desde el principio, que estamos con el hombre equivocado, o mejor dicho…¡¡las equivocadas somos nosotras!!

La pregunta es: ¿por qué nos cuesta tanto reconocer que nos equivocamos al elegir a la pareja adecuada para nosotras y poner fin a una relación problemática?

Y digo que somos nosotras las equivocadas, pues no sabemos elegir a nuestras parejas. Nos dejamos llevar por la primera etapa del enamoramiento y nos dejamos hundir en un abismo que muchas veces termina por aniquilar nuestra dignidad, la autoestima femenina, el respeto por nosotras y, lamentablemente, hasta con la vida (casos que vemos con más frecuencia día a día).

¿Qué se supone que es un “hombre equivocado”?
Amar para algunas mujeres significa sufrir. Viven "atrapadas" en relaciones que afectan su bienestar emocional al sentirse atraídas por sujetos egoístas.


Conscientemente, un “hombre equivocado” es cualquiera que no llene nuestras expectativas, y que cumplan con una o más de las siguientes características: mediocre, flojo, patán, comprometidos en otra relación, controlador, celoso, el típico que no desea formalizar una relación, manipulador, evasivo, infiel, mentiroso, con “mamitis”, inmaduro, inestable, indeciso, adicto al alcohol, drogas, al juego o a cualquier cosa que sea prioritaria antes que tú, que sea irresponsable, indiferente a las necesidades afectivas y emocionales de la mujer, ególatra, vividor (vampiro emocional), narcisista o que se crea seductor, misógino, macho, y el peor de todos: el maltratador o violento.

Desgraciadamente para nuestra sociedad, sufrir por amor es romántico. Nos han hecho creer que no hay un gran amor si no hay un gran dolor de por medio en alguno de los protagonistas (que casi siempre le toca a la mujer). Esta es una forma en que la sociedad refuerza las situaciones de mujeres que sufren por amor, lanzando heroínas de melodramas (en series televisivas, en películas y en la novela rosa), que siempre viven un gran amor por el cual el precio a pagar es el sufrimiento.



"A pesar de todo el dolor y la insatisfacción que acarrea, amar demasiado es una experiencia común para muchas mujeres que casi creemos que es así como deben ser las relaciones de pareja", explica la terapeuta estadounidense Robin Norwood, autora del libro Las mujeres que aman demasiado (2002).


Existe un mercado saturado de historias de amores difíciles, imposibles, conflictivos, y ello no ayuda a la mujer que se siente atrapada en una relación no gratificante, porque no le permite ver todo lo negativo o enfermo que hay en su propia actitud que las lleva a no poder desprenderse de lo que las está destruyendo.


Nos venden basura donde, para colmo, nos enseñan cómo retener o recuperar a un hombre… y eso no debe ser. ¡Es ridículo!!  


Mujeres así, ya sea que vivan en un palacio o en una choza, en un país del sur o en uno del norte, que venden en un puesto callejero o son reconocidas profesionales, están tan enfermas como sus parejas y de igual manera necesitan ayuda.

No hay opción: Si no hay respeto de por medio, entonces debemos alejarnos por decisión propia, pues está claro que el hombre no nos conviene.






Las mujeres tontamente pensamos que podemos hacer cambiar a aquellos hombres que amamos, pero no es así. Social y culturalmente, hemos aceptado y asumido que para amar hay que sufrir…¡y eso no es cierto!

El enamoramiento y el deseo de vivir un romance, para una mujer, son emociones difíciles de controlar, mucho más aún si es muy joven.

Más que enamorarnos de un hombre, muchas mujeres nos enamoramos de un ideal, percibiendo al susodicho como NO es en realidad, sino como soñamos, con la ilusión de que sea como la imagen que hemos creado en una fantasía.

Por esta razón, gran cantidad de individuos se aprovechan de esos sentimientos y suelen actuar según las expectativas, para luego, una vez realizada la conquista… ¡mostrarse como realmente son!.

Nadie es perfecto, todos tenemos defectos y cualidades que generalmente conocemos y que, en casos románticos, preferimos ocultar o disimular. Pero hay de “defectos” a señales de alerta, y es en esa diferencia donde debemos ser cautelosas y mantenernos atentas.

En el escenario de la vida la gente actúa oculta detrás de una máscara y luego pueden desilusionar con sus actitudes. Una relación debe basarse en el respeto.

Las emociones sin control pueden ser muy destructivas, pero se pueden evitar si se logra el dominio de uno mismo, para terminar así con la tendencia a cometer siempre los mismos errores. Somos nosotras mismas quienes permitimos cegarnos y considerar las señales de alerta como simple “defectos masculinos”.

Quien te ama de verdad no te hará sufrir.

En nuestro mundo actual existen miles de historias de “amor” difíciles de entender. Creemos que nos fijamos en la persona equivocada y que con amor y con ayuda del tiempo, podrá cambiar, alimentando la idea de que es lo normal estar destinadas a sufrir…

Cuántas mujeres han quedado enganchadas a situaciones conflictivas por haber formado pareja con un hombre inadecuado. Claro está que nadie se convierte en una mujer así por casualidad. Los porqués quedan atrás, como pueden ser  carencias de la infancia que las llevaron a un concepto equivocado del amor.

Hay cientos de historias que salen a la luz pública, de mujeres que han padecido malos tratos, y que fueron incapaces de poner fin al drama en el que se encuentran prisioneras. Suelen inspirar admiración o lástima en su entorno. Son responsables y emprendedoras, pero con poco amor propio. Aguantan lo indecible y, sin embargo, disculpan a sus parejas.

Sueñan con lo que podría ser y así "quedan pegadas", se vuelven dependientes de algo  que no funciona, ni las hace felices. Rechazan a los hombres "agradables" porque les resultan aburridos, o insípidos, en cambio les es fácil sentirse atraídas y atrapadas por el hombre distante. Éste funciona como una droga para ellas y llegan a obsesionarse tanto por él, que descuidan sus propios intereses: familia, amigos, trabajo, aficiones.


Viven en una continua ansiedad, donde el pan de cada día es el esfuerzo por entender, cambiar o lograr la atención del hombre "elegido". Gastan sus energías, agotan el llanto y llegan a la desesperación: para ellas estar enamoradas es sufrir.

Por ejemplo, las mujeres de alcohólicos, de adictos a otras drogas o de personas con desequilibrios mentales, son seres que la vida preparó para escapar del "amor".

Se enredan en situaciones de pareja donde el amor es un fin a conquistar. Sueñan con salvar al hombre que "aman", y piensan que si él cambia obtendrían, como recompensa, su amor. Justifican la ira, la depresión, la crueldad, la indiferencia, la deshonestidad, la infidelidad o la adicción de sus parejas. Creen que es posible el cambio y que de ellas depende.

Ellos piensan que por ser hombres deben ser superiores, y están convencidos que somos nosotras las que debemos estar detrás de ellos, ¿no valemos lo suficiente como para que ellos nos busquen y nos amen?

¡Despertemos!, no dejemos que ellos controlen nuestros pensamientos. Debemos ser más independientes, no aferrarnos a una relación adictiva y destructiva. Cambiemos nuestra mentalidad femenina.

Analiza, medita, reflexiona y ¡valórate! Recuerda que nadie cambia a nadie. Cuando es amor verdadero se vive en toda su inmensidad.

Migajas de amor:
Cuando hablamos de amor, nos referimos a un sentimiento de afecto sano y sincero, que va de la mano de la compasión y la solidaridad. Cuando una persona ama a otra, saludablemente, se preocupa por su bienestar. Amar es sinónimo de consideración, de empatía, de protección bien entendida, de afecto, de compasión humanitaria, de comprensión, de solidaridad.

Un hombre puede llegar a emocionar a una mujer por su carácter, su físico, su personalidad. La hacen caer en su trampa, sin la posibilidad de aplicar cualquier otro nivel de análisis.

A veces, algunas personas suelen decir “mi pareja me ama”, pero en realidad, lo que esa pareja hace es proporcionarle las infames “migajas de amor”. Y eso no es amor.


Las mujeres con una autoestima baja (no confundir autoestima con ego), suelen ver esas “migajas de amor” como grandes dádivas de amor o verdaderas señales de amor. El amor verdadero dista mucho de ser pequeño, escaso, egoísta o interesado. Por el contrario, un hombre que nos ama de verdad, es aquel que nos ayudará a salir adelante en la vida, nos protegerá no exponiéndonos a situaciones de riesgo, no esperará que demos todo lo que podemos dar (y más también), no jugará juegos mentales con nuestros pensamientos, no nos humillará ni apelará a nuestros buenos sentimientos para sacar partido de ellos. Jamás nos causará daño en ningún sentido.



Quien nos ama de verdad, sabrá compartir equitativamente, será justo, amable, humanitario, afectuoso y protector. Los hombres que nos aman sinceramente, nos dedican tiempo, no solo escasos momentos (cuando les conviene a ellos); nos abrazan cuando más lo necesitamos, no cuando ellos lo necesitan; y saben compartir y ceder por lo que refiere a sus actividades personales y sus amistades, no esperan que siempre hagamos lo que a ellos les gusta.

La clave de nuestro error: la baja autoestima femenina.
La baja autoestima de una mujer es la clave que nos avisa que nos estamos equivocando al elegir pareja. Es la condición necesaria para ceder e involucrarnos en una relación dañina; una mujer que no se ama a sí misma, posee una vocación arraigada hacia el fracaso y el sentimiento de una merecida necesidad de castigo.

Las mujeres con baja autoestima tienden a hacer todo lo posible por complacer a los demás. Así, una mujer que se ha enamorado perdidamente de una persona narcisista o egoísta, hará lo que sea para complacer a esa persona y ser aceptada o “querida” por él. Incluso, si ello implica dejar de lado las cosas más importantes de su propia vida.

Detrás de este mecanismo se oculta una característica de personalidad depresiva, cuyo mayor peligro es la tendencia a realizar conductas autodestructivas.

Toda mujer puede encontrar una pareja que las haga felices, depende de su comportamiento y de cuánto se valore; de lo contrario, en cada relación tenderá a recrear la misma conducta.




Cada mujer debe tener claras las necesidades que su relación de pareja le debe satisfacer. Para lograr relaciones estables hay que aprender a elegir con la razón y con el corazón y no involucrarse en arrebatos pasionales destinados a extinguirse en poco tiempo.

Los errores en el amor son producto de la falta de reflexión, de la impulsividad sin control, de la carencia de autoestima y del respeto. Una pareja que se ha formado con demasiada facilidad, fruto de una conquista que no ha encontrado ningún obstáculo ni ha exigido ningún esfuerzo, avanzará sobre terreno llano, sin nada para sostenerse y, por lo tanto, terminan con la misma facilidad, sin haber desarrollado ninguna raíz profunda, dejando dolor, frustración y desilusión.

Hay amores que hacen daño, que no convienen y de los que hay que huir rápidamente una vez se detectan las primeras señales, lo cual no es nada fácil ya que esta clase de hombres se caracterizan por tener una verborragia interesante y saben cómo deben tratar y qué decir para conseguir lo que quieren de una mujer”, asegura la socióloga española Clara Mercave Elizondo.




Tranquilidad, amor, hogar y respeto son alguna de las palabras que suelen salir por la boca de estos hombres que solamente enmascaran otros sentimientos nada más lejanos, pero bajo este disfraz suelen atrapar a mujeres que creen en ellos y colocan todas sus esperanzas en lo que llevará sin salida al fracaso de la pareja.

El secreto para no caer en la trampa está en no idealizar al sujeto en cuestión, sino ver al hombre tal cual es y no como nos gustaría que fuera, porque de esta manera se tendrá siempre el velo en la cara que impedirá ver la realidad.

Generalmente los hombres de los que hay que huir desesperadamente antes de que nos atrapen viven al límite y suelen sufrir ciertas adicciones como el alcohol, drogas, tabaco o sexo. Son falsos seductores que no tienen un empleo fijo y aquellas mujeres que terminan en sus garras factiblemente se conviertan en mujeres golpeadas, sexualmente agredidas y víctimas de infidelidades continuas”, comenta la especialista.




Las mujeres, según la profesional, llevan la mitad de la culpa. “Por más que un hombre sea seductor y nos encandile con sus encantos, sean estos verdaderos o falsos, hay que ser segura de una misma y permitirse sospechar. Ir con pie de plomo al principio de cualquier relación, es una regla básica que permitirá conocer al otro y ver si nos gusta realmente, o nos estamos intentando convencer de que nos guste, lo cual es muy peligroso ya que si nos convencemos de falsas virtudes, jamás veremos los defectos, y es peligroso si nos encontramos con un hombre de estas características que solamente nos provocará un deterioro psicológico grave”, señala.

Las mujeres que pasan por situaciones de este estilo deben entender que no merecen ni tienen por qué tolerar una relación amorosa de padecimiento constante.

Pueden cambiar su situación, mejorarla y encontrar a un hombre que realmente cumpla las expectativas que desean sin tener que recurrir al sufrimiento para ello. No tienen por qué condenarse a sufrir por un amor que no es tal ni que conviene mantenerlo porque no aporta nada bueno”, sostiene Elizondo.


Aunque no hay que generalizar, debemos admitir que hay hombres que nos llevarán al desastre de pareja. Desde el inicio, es mejor estar preparadas. Sé cautelosa si observas que:

* No tiene empleo fijo y que gasta su dinero en algún vicio: juego, alcohol, drogas, etc.
* Derrocha seducción y aparenta ser sumamente agradable con todo el mundo
* Posee una personalidad exageradamente atractiva
* Verborragia e inteligencia que utiliza para conseguir lo que quiere
* Cuando comienza a dar señales inequívocas de control, de celos, de violencia

Consejos para salir de tu equivocación:
Si estás con un hombre que sabes que te hará daño, no insistas ni sueñes con cambiarlo.

* Lo primero que hay que hacer es reforzar tu autoestima y eliminar tu dependencia emocional. La ayuda psicológica suele ser valiosa en este caso.
* Deja la actitud masoquista de lado y no te quedes con un hombre que no cumple las expectativas buscadas. Si se prolonga la relación, el final podría ser trágico.
* No temas a la soledad. Créeme, no lo estarás, pero mientras tanto, disfruta tu propia compañía.
* Por más que pida una y mil veces perdón, debes ser constante y fuerte en la decisión ya tomada: alejarte de él.
* Una vez que se logra la distancia, no se debe volver con él por más insistencia que exista de su parte.




MUJER:


Si después de todo lo anterior, aún dudas si cometiste una equivocación al elegir al hombre que, por lo visto, no llena tus expectativas, puedes hacerte las siguientes preguntas:

¿Crees que estar enamorada significa sufrir?,

¿La mayoría de tus conversaciones con amigas o compañeras de trabajo son acerca de él?.

¿Disculpas su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires?

¿Subrayas en los libros todos los pasajes que le ayudarían a cambiar?

¿Soportas conductas que no te agradan pensando que si fueras lo suficientemente atractiva (o como él quiere que seas), él cambiaría contigo?.

¿Te has alejado de tus amistades y familiares por darle gusto?, ¿Has cambiado tus hábitos, costumbres y has hecho a un lado tus sueños y tu propia esencia porque a él no le gusta cómo eres?

Si tu contestación ha sido afirmativa, entonces…¡¿Qué haces con él?!

¿Te das cuenta que quien ha tomado una actitud equivocada eres tú?.

Analiza si tu relación de pareja perjudica tu bienestar emocional (o físico), valórate, aléjate y, si es necesario, busca ayuda para superar la situación.


¡¡No des marcha atrás!!.

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