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martes, 14 de junio de 2011

RESPETO a la mujer: Un valor para erradicar la violencia de género


"Hoy en día el mundo está cabeza abajo y sufre tanto porque
hay muy poco amor en los hogares y en la vida familiar"
...Madre Teresa de Calcuta

Narración de un hecho cotidiano…

Una noche, él le alzó la voz porque la cena no estuvo a tiempo. Ella hizo silencio. Al día siguiente, ella se vistió con una blusa que antes a él le encantaba; sorpresivamente ese día a él ya no le gustaba, y en lugar de elogiar la linda imagen de su pareja, le reclamó, la insultó y le prohibió volver a vestirse de esa manera. Ella, en silencio, accedió ante los absurdos deseos de su verdugo. Una semana más tarde, ella conversó unos minutos más con sus vecinas, y al entrar a casa, una cachetada le encendió el rostro. Nuevamente hizo silencio…

Con el pasar de los días, la cachetada se convirtió en un puño; el puño en patadas y, tras varios años de maltratos (de hijos observando cómo papá golpeaba y humillaba a mamá), un día el llanto de ella no se escuchó más.

Un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer
asevera que cada 18 segundos una mujer es maltratada en el mundo.

Llevamos a cuestas una cultura en la que a la mujer nos ha tocado un papel de sumisión. Inicialmente, la excusa fue la superioridad física del hombre que, absurdamente, fomentó la idea falsa de tener derechos para dominar al sexo femenino.
Sin embargo, hay otras causas alternas, como el papel prioritario de la mujer en las labores del hogar y a la atención de la familia. De esta forma, el esposo cumple, generalmente, con su labor de ser el sostén económico, y la esposa como la responsable de la marcha y del orden del hogar.
Pero el esquema se rompe en la medida en que la mujer se ve obligada a ser también sostén del hogar, debido a la difícil situación económica para solventar las necesidades elementales de las familias.
Entonces se remarca la injusticia: teniendo ambos la responsabilidad del trabajo fuera de casa, la mujer sigue conservando la obligación de atender a los hijos y las labores del hogar, y por si fuera poco, el esposo sigue sintiendo que él es el jefe y que la mujer es quien debe obedecer.
En términos generales, esto hace que la mujer conserve durante toda su vida una situación de indefensión, en la que no le está permitido tomar decisiones. De niña y de joven depende de la voluntad de sus padres; cuando se casa, depende de la voluntad del esposo.
 Existen muchas familias que tiene una estructura muy rígida y autoritaria, donde la discriminación hacia las mujeres es latente, con roles estereotipados, intolerantes y castigadores; donde se enseña que se debe obedecer ciegamente al varón y en las que se  maltrata de forma desconsiderada a las mujeres.


RESPETO, PALABRA CLAVE EN CUALQUIER RELACIÓN:
La regla de oro para evitar cualquier tipo de abusos o violencia es el RESPETO.

El respeto es la consideración de que alguien (o incluso algo) tiene un valor por sí mismo y se establece como reciprocidad: respeto mutuo, reconocimiento mutuo.

El respeto en las relaciones interpersonales comienza con uno mismo, en el auto reconocimiento como entidad única. Consiste en saber valorar los intereses y necesidades de cada individuo, hombre o mujer.

Como mujeres, no podemos pedirle a nuestra pareja que nos respete, si nosotras no nos respetamos a nosotras mismas. En el momento que sentimos que se nos violenta o que se nos trata de forma incorrecta y lo consentimos, estaremos afectando nuestra autoestima, nuestra verdadera forma de ser…nuestra dignidad. Al ignorar, minimizar o justificar cualquier falta que atente contra nuestra integridad, no nos estamos respetando como personas ni como mujeres.

Nadie más que nosotras sabemos donde están nuestros límites, y debemos marcarlos.

El respeto no hay que pedirlo, ni implorarlo. No es un don que nos tenga que otorgar nadie, es algo que debe darse por hecho porque va inherente en cada una de nosotras. De lo contrario, debemos exigirlo o alejarnos de quien no nos respete. Tu bienestar es primordial, sobre todo, en una sociedad en la que por encima de todo debe imperar la libertad individual.

Lo que empieza siendo una relación de pareja con amor y sentimientos, con el tiempo puede convertirse en una esclavitud, generalmente, para la mujer.

Existen múltiples pretextos para justificar el maltrato contra las mujeres, así como la ausencia de respeto hacia su integridad. Se reconocen como tales: factores culturales, desvalorización del rol femenino, aceptación cultural de los castigos violentos como método educativo-correctivo, costumbres arraigadas en sociedades cerradas, la misoginia y el machismo como reflejos culturales, el aprendizaje de la agresión y la violencia como constitutivos de la masculinidad, sentimientos de frustración, exposición al abuso y a modelos agresivos de conducta, conductas aprendidas del agresor en su familia de origen, modelo de sumisión y baja autoestima de la mujer en su hogar, modelo social patriarcal y de supremacía del varón, etc.


Resumiendo, el factor de riesgo o vulnerabilidad es el simple hecho de ser mujeres.

La desvalorización y la desautorización actúan en una disminución de la autoestima fomentando la violencia. Las faltas de respeto suelen darse en diversos espacios, públicos y privados:

  • El hogar
  • Escuelas (dentro y alrededor de ellas)
  • En las calles o espacios abiertos (por ejemplo, mercados, transporte público)
  • Centros de trabajo (por ejemplo, oficinas, granjas y fábricas); Instituciones manejadas por el Estado o instituciones asistenciales tales como prisiones, estaciones policiales o instalaciones donde ser brindan servicios de salud y bienestar social
  • Áreas asignadas para refugiados y personas discapacitadas o zonas relacionadas a conflictos armados, tales como bases o complejos militares
Las malas palabras, humillaciones, golpes, control económico o abusos afectan nuestra integridad… ¡¡nunca olvides eso!!. Por más que quieras a un hombre, nunca debes permitir ninguna falta de respeto; nunca permitas ofensas (no hay mínimas ni máximas); no accedas a peticiones que te hagan sentir incómoda o que sean irrespetuosas. No te sientas culpable por defender tu dignidad ni por decir “NO”.

Respetar a la mujer no es, ni debe ser, un acto altruista del hombre que quiere mostrarse caballeroso y atento. La dignidad de la mujer es por ella misma. No es un favor ni un detalle de atención, es un derecho que tenemos como personas, pero sobre todo, como mujeres...seamos como seamos, vengamos de donde vengamos, trabajemos o no, o nos dediquemos a cualquier oficio o profesión: ¡TODAS MERECEMOS RESPETO POR IGUAL!

LA FALTA DE RESPETO ES SINÓNIMO DE VIOLENCIA:

Una falta de respeto, sea cual sea, un insulto, un grito, una voz mal dada, un engaño, un empujón… es violencia.

En el momento en que aceptes una falta de respeto, renuncias a una parte de tu libertad, pierdes gran parte de tu esencia, de tu identidad…de ti misma.


Cuando las decisiones son tomadas unilateralmente por el hombre, no hay diálogo, e impera el temor y la sensación de culpa en ti, quien eres la que recibe el maltrato…¡Te faltan al respeto!

No hace falta que haya golpes físicos para afectar las defensas psicofísicas de una mujer. Los insultos, las humillaciones, el aislamiento y diversas tácticas de control impuestas, producen enfermedades, depresión y deseos de morir en las víctimas. El maltrato, crónico o aislado…¡es ausencia de respeto a tu persona!

La forma más explícita de falta de respeto hacia una mujer es la violencia física (golpes, empujones, cachetadas, jalones, etc) y sexual, pero la violencia contra la mujer reviste otras múltiples formas, tales como la agresión verbal, la restricción de la libertad y conductas que llevan a la disminución de la autoestima femenina. La violencia psicológica y sexual, como el acoso, el hostigamiento y las violaciones, son los tipos más recurrentes…¡y también son formas claras que transgreden la integridad y dignidad de cualquier mujer!

"La fuerza no proviene de la capacidad física...
 sino de una voluntad indomable"
...Mahatma Gandhi

La misma sociedad, permisiva, tolerante e indolente ante las actitudes machistas, misóginas, los abusos y violencia en contra de las mujeres, propician que, poco a poco, las faltas de respeto se conviertan en delitos impunes e incontrolables.

Formas de violencia contra la mujer en el mundo:

§  Violencia doméstica y violencia dentro de la pareja
§  Violencia sexual (incluyendo la violación).
§  Acoso sexual 
§  Violencia emocional/psicológica y económica
§  Explotación sexual 
§  Mutilación genital femenina
§  Lapidación
§  Matrimonio forzado y el matrimonio precoz.
§  Crímenes cometidos en nombre del “honor”
§  Feminicidio
§  Selección pre natal del sexo
§  Infanticidio femenino
§  Abuso económico
§  Violencia política
§  Trata de personas
§  Abuso contra ancianas
§  Violencia relacionada a la exigencia de dote
§  Ataques con ácido


En los ejemplos anteriores puede observarse que en NINGUNO de los casos existe el respeto hacia la integridad emocional, física o sexual de la mujer.

La violencia hacia la mujer es un problema social, de derechos humanos, y un tema prioritario de salud pública a nivel mundial.

Respetar... una forma simple de evitar la violencia:
El respeto a la mujer debe enseñarse desde el hogar mismo, y desde la niñez. El trabajo conjunto incluye a la sociedad  en todos sus ámbitos.


En el hogar:

Los hombres deben compartir con la esposa, equitativamente, la atención a los hijos y al hogar mismo.
Darles a las hijas las mismas oportunidades de crecimiento que a los hijos.  
No  hacer de la hermana una servidora de sus hermanos.  
Hacer que los hijos varones participen de igual forma que las hijas en las labores del hogar.  
No discriminar a las hijas por el hecho de ser mujeres.  
Enseñar a los hijos varones los valores del respeto, la fidelidad, la tolerancia y la igualdad.  
Asumir que la esposa tiene el mismo derecho para tomar decisiones al igual que su pareja.

En la sociedad:
Establecer políticas educativas que se ocupen de la difusión, sensibilización e internalización de la equidad de género en todos los entornos sociales.
Penalización de las conductas violentas en la legislación. El trabajo no debe hacerse sólo con las víctimas, sino con los funcionarios judiciales. El principal organismo encargado de la recepción formal de denuncias es el Ministerio Público. Hay muchos que no entienden que no hace falta tener un ojo morado para ser víctima de violencia de género.
Informar, realizar talleres, educar y desarrollo de políticas públicas.
Aplicar medidas preventivas: Mejorar la calidad de vida, mayor difusión del tema, crear asociaciones públicas que defiendan a la mujer ante hechos de violencia, abusos, faltas de respeto y agresiones de cualquier tipo.
Fortalecer acciones de prevención a través de campañas sostenidas de sensibilización y concientización en esta temática. Es importante el rol activo de los medios de comunicación en la difusión, denuncia y condena de los hechos de violencia contra la mujer, así como la aplicación de las leyes pertinentes con sus sanciones a los culpables y el apoyo a las instituciones que brindan ayuda  a las víctimas.
Intensificar un claro mensaje: la agresión contra las mujeres, sea cual sea, debe considerarse un grave y verdadero delito, para ello debe asumirse que el maltrato contra la mujer (que por consecuencia afecta a los otros miembros de la familia) hace mucho tiempo traspasó la puerta de la calle y se instaló cómodamente en la sociedad.
Contar con personal capacitado en la problemática tanto en los organismos públicos como privados.

MUJER:

Tienes derechos fundamentales que debes ejercer.
El principal, el del respeto a tu esencia, integridad e identidad.

Tú puedes hacer realidad tus sueños, vivir libre de cualquier tipo de violencia, expresarte, ser escuchada y reconocida, sin que nadie te ofenda; puedes participar en la creación de una sociedad más próspera y justa, en donde se practiquen y defiendan los derechos de las mujeres.

"No hay distancia que no se pueda recorrer,
ni meta que no se pueda alcanzar"
...Napoleón Bonaparte

NUNCA OLVIDES:
La mujer y el hombre son unidades que se complementan; ambos son compañeros leales en la desgracia o en el éxito... ¡¡La mujer NO es un objeto ni un juguete de la propiedad de nadie!!


2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Crisálida, me conmueves hasta las lágrimas, este tema lo expones como siempre con toda la fuerza que tienes, es inconcebible que las mayorías no se den cuenta que la educación se recibe en nuestros hogares que eso hace que seamos culpables como madres de tanto misógino y patan, v generadores de violencia, menos consentimiento, madres tratemos por igual a hjas e hijos, no sigamos con los mismos patrones porque veamos lo que provocamos, tanto insensato y delincuente

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