El otro día escuchaba a un par de compañeras de trabajo en el salón de maestr@s y la conversación fue llevando al dinero. Empecé a escuchar algunas de sus creencias y es difícil imaginar que vengan de personas preparadas.
Algunas mujeres son muy competentes y, aun así, no viven según todo su potencial. No hacen nada por aumentar su sueldo o conseguir un ascenso en sus trabajos y, en caso de obtenerlos, de una u otra forma encuentran la manera de sabotear sus logros. No saben nada de ahorros, inversiones, sus afores (sistema de ahorro para el retiro), na-da. Es como si no quisieran abandonar su zona de confort (aunque de confortable no tenga nada).
Es como si hicieran un trabajo concienzudo para rechazar todas las oportunidades de tener una vida financiera más holgada y relajada. Son personas que, debido a algunas percepciones o experiencias de su infancia, pareciera que deseanapartarse tanto como puedan del dinero. Harán cosas absurdas para alejarlo de sus vidas. Es como si no se sintieran cómodas con él. Si, a pesar de todo, llegan a poseer dinero, se desharán de él tan pronto como puedan y, lo más probable, es que ni cuenta se den.
¿De dónde vendrá este rechazo hacia el dinero?
Aunque no lo creas, evitar el dinero – por más que digamos que lo queremos y lo necesitamos – es más común de lo que piensas, en especial entre mujeres. Vivimos en una sociedad, por así decirlo, esquizofrénica donde, por un lado, glorifica el dinero - ¿te has fijado los mensajes con que nos bombardean en los espectaculares, el cine, la radio, la televisión? - y lo que con él se puede conseguir; sin embargo, por otro lado, se nos enseña que el dinero es, en esencia, malo y hace malas a las personas que lo poseen y a quienes lo desean. Sólo fíjate en los temas de películas como “Nosotros los pobres” y “Ustedes los ricos”, pon atención a las letras de algunas canciones “Dinero maldito que nada vale”, “No tengo dinero, ni nada que dar, lo único que tengo es amor para dar”
Yo misma, durante muchos años, me la pasé perdiendo el dinero que ganaba y, en vez de preocuparme, buscarlo y volverme más cuidadosa, me olvidaba de él y consideraba esa conducta despreocupada hacia el dinero ¡como una virtud!
Relacionarte con el dinero evitándolo, perdiéndolo, gastándolo sin recordar en qué es muy común entre muchas mujeres pues, según ese doble mensaje de nuestra sociedad que te había comentado, nos hace sentir culpables no sólo de tenerlo sino, simplemente de querer tener dinero: es casi una inmoralidad y en una mujer ¡más!
Como resultado de ese miedo-odio aprendido hacia el dinero, nos comportamos como si, a nivel subconsciente, quisiéramos vivir votos de pobreza y las mujeres, en especial, se pondrán todos los obstáculos posibles para impedir que llegue a ellas la riqueza.
· Tal vez fueron criadas en familias que honraban la idea de que la pobreza y el concomitante sufrimiento que ésta acarrea, son grandes virtudes. Sólo imagina la culpa que una mujer educada de esa forma sentirá si tiene dinero, aunque acceda a él a través del matrimonio.
· Esta creencia de que el dinero es malo, aprendida en la infancia, puede haberla hecho creer que la gente que lo tiene es, por consiguiente, mala, también. Sus padres pueden haber creado una especie de “nosotros los pobres” y “ustedes los ricos” ya sea como una forma de justificar su falta de pericia para hacer dinero o porque en verdad, por razones religiosas, lo creían así.
· Imagínate si se trata de una mujer a quien se le inculcó que la vida es muy fácil para quienes tienen dinero y que sólo aquellas personas que trabajan duramente, luchan y sufren son buenas y pueden esperar merecer la gloria (es más fácil pasar a un camello por el ojo de una aguja que para un rico entrar al reino de Dios).
· El conflicto que esa mujer enfrenta es obvio si, con el tiempo, en su adultez, se ve con dinero o, aún peor, ganando mucho más dinero que sus padres lo que podría despertar en ella esa lealtad oculta que le dice “no puedes ganar más que tus padres”, “no puedes ser más rica que tu familia” “¿quién te crees que eres?”
· Otra razón para decidir que el dinero es malo es cuando se obtiene a partir de una herencia, producto de la muerte de un familiar, en especial si fue una muerte trágica, ella puede sentirse culpable de vivir holgadamente y, peor aún, de vivir una vida placentera, con ese dinero. Es como si estuviera contaminado. Esta persona hará todo lo posible por deshacerse de ese dinero, en ocasiones, en tiempo record.
· Las mujeres que se hacen de dinero a través de la lotería o producto de la fama como deportistas o como personajes del espectáculo, o personas que reciben dinero de un seguro de vida pueden, de repente, encontrarse fuera del mundo en el que fueron criadas (de escasez financiera). No se ven a sí mismas como personas adineradas y pueden, incluso, tener prejuicios en contra de quienes siempre lo han sido. En ese caso, pronto se les verá comportándose de maneras que las regresarán a su situación de pobreza original con la que se encuentran, paradójicamente, “cómodas”.
· Otro asunto escabroso es la idea del “no merezco”. Como sea que una niña adquiera la noción de que no merece, ésta le afectará en la forma en la que se relaciona con el dinero a lo largo de su vida, a menos que se haga consciente y lo resuelva.
· Una razón más para rechazar el dinero puede tener que ver con haber nacido en una familia extremadamente rica, lo que la hace sentir avergonzada por ser diferente de sus amigas y amigos y puede culpar al dinero por esas diferencias. Si sus padres la dejaban con sirvientes, choferes y niñeras debido a que tenían una vida profesional y social muy intensa, esta niña puede asociar el dinero con su sentimiento de soledad, en consecuencia, ella culpará al dinero (no a sus padres) por ello.
· Saber que la manera en la que la familia creó riqueza fue a través de comportamientos deshonestos puede llevarla, ya sea a imitar a sus padres o a rechazar el dinero pues, si no lo tiene, puede pensar que nadie la acusará de haberlo adquirido de maneras fraudulentas. Sin importar sus habilidades o su potencial, ella encontrará muchas maneras de sacar al dinero de su vida.
CARACTERÍSTICAS DE UNA MUJER QUE REHUYE AL DINERO
Fíjate en una mujer cuyo talento y capacidades reconozcas pero que siempre parece estar escasa de fondos y, lo más probable, es que será una mujer que rehúye al dinero.
· Puede que nunca se postule para grandes responsabilidades laborales o las tomará sin pedir retribución.
· Puede, también, ser alguien que mantiene sus honorarios bajos por los servicios que ofrece o quien da mucho por lo que cobra. Puede que se ofrezca como voluntaria con mucha frecuencia o que no cobre el dinero que se le debe.
· Si recibió dinero en herencia o se casó con un hombre adinerado, será el tipo de mujer que gasta para deshacerse del dinero tan rápidamente como pueda o rechazará el estilo de vida que podría permitirse sin ninguna dificultad ( y no tiene nada qué ver con que le guste un estilo de vida sencillo)
· Las mujeres que rehúyen el dinero se encuentran, con frecuencia, en las profesiones de ayuda: trabajadoras sociales, maestras, enfermeras, etc. (ya sea por propia decisión o porque sus padres les exigieron que estudiaran para eso lo cual dice mucho delas creencias de toda la familia acerca de las mujeres y su derecho o no a acceder a grandes sumas de dinero). Muchas tienen orígenes humildes y se dan cuenta del bien que podrían hacer al seguir ayudando si tuvieran una posición económica más holgada, pero se sentirían culpables si dejaran de pertenecer a ese grupo social.
· ¿Qué tal tener más dinero que su pareja? En nuestra cultura, el hombre debe ser el poseedor de la riqueza, no la mujer y si ella tiene dinero, puede tener problemas. No sería descabellado pensar en deshacerse del dinero para conservar su relación, por más loco que te parezca. Por supuesto, todo esto es decidido de manera subconsciente.
· Finalmente (y ya habíamos hablado de eso en otro artículo) el miedo a ser consideradas prostitutas pues, en las culturas patriarcales, una mujer con dinero propio es siempre asociada con una prostituta, una mala mujer.
CONSECUENCIAS
Debido a esas creencias de que el dinero es malo, de que lashace malas y, por lo tanto, de alguna forma les causará dolor y vergüenza, los obstáculos creados por esa distorsión hacen virtualmente imposible acumular riqueza y cualquiera que sea acumulada, será rápidamente gastada de una u otra forma. El resultado es una vida no vivida en toda su plenitud.
Esto me recuerda a una antigua conocida – de hecho era hija de mis primeros jefes – que heredó, junto con sus dos hermanos, una escuela muy grande que les había dado a ella y a sus dos hermanos, una vida llena de holgura, viajes, estudios y todo lo que te puedas imaginar. Lamentablemente, al morir sus padres, los creadores de esa escuela, aquella riqueza se fue al caño: ella y sus hermanos (otra mujer y un hombre) empezaron a pelear por el dinero, decidieron vender esa escuela y, al menos esta mujer de la que te platico, acabó con su dinero en muy pocos años. No sé qué hicieron los otros dos con su parte. Cuando una hermana mía la volvió a ver, la encontró en un estado físico muy deteriorado. ¿Qué le hizo acabar con la parte que le correspondía de forma tan rápida, después de haber vivido siempre en la riqueza? Jamás lo sabré.
¿Cómo te sientes cuando te imaginas con mucho dinero? ¿Te permites pensar en el dinero e imaginarte poseedora de él? ¿Atraes al dinero o parece siempre esquivo?
Si te viste reflejada en una o más de las conductas antes descritas, reflexiona qué puede llevarte a actuar de esa manera que es como un autogol para tu vida. Como ya te había comentado en un artículo anterior, no hay independencia que valga si no tienes autonomía financiera. Trabaja por cambiar tus creencias con respecto a ti y al dinero, busca información acerca de las formas en que puedes hacer crecer tu poco o mucho dinero pues aún en épocas de crisis, hay gente que logra no sólo ganar dinero sin hacerlo crecer ¿No podremos las mujeres hacer lo mismo aunque sea despacito?
Saludos.
Mercedes