Bessy
El día de su captura, Manuel de Jesús Medina confesó: “Yo la agarré del cuello pero no era para matarla, no era la intención. La agarré del cuello y me pasé”. Ha optado por reaccionar como si tuviese trastornos mentales, sin embargo, no es así. Razona pero se abstiene de hablar para no perjudicarse.
Después de asesinar a su novia, Bessy Lisuany, y a los dos hijos de ella, hoy se niega a hablar. Nervioso, se pasa de una mano a otra la cadena que cuelga de los grilletes que aprisionan sus muñecas. “Éramos novios”, ha reconocido. Después guarda silencio.
NOMBRE DE LA VÍCTIMA:
Bessy Lisuary
VICTIMARIO:
Manuel de Jesús Medina Soto
LUGAR DE LOS HECHOS:
San Pedro Sula, Honduras
HECHOS:
Dos días antes de su muerte Bessy Lisuany Ramos se comunicó con su mamá para decirle que en una semana regresaría a casa.
A diferencia de otras veces, la conversación fue corta. “No habló mucho. Me dijo ‘mami ¿qué está haciendo?. La llamo más tarde”.
Bessy acostumbraba a llamar por celular a su madre varias veces al día. La última comunicación la tenían siempre a las 10 de la noche. Por eso María Norma Ramos se desesperó cuando el reloj marcó la hora en que, a través del teléfono, acortaban los 250 kilómetros de distancia, entre Bonito Oriental, Tocoa, y San Pedro Sula.
Esa noche la atacó la misma ansiedad que sintió hace cinco años, cuando Bessy agarró sus maletas y abandonó su lugar de origen.
En ese tiempo su primogénita tenía 18 años. Era soltera y sin hijos. Trabajaba en un centro de salud como aseadora. Sus oportunidades de estudiar eran limitadas, había logrado llegar a segundo curso. Bessy era la mayor de tres hermanos e hija de madre soltera.
Entonces decidió ir a vivir a la colonia Planeta, de La Lima, con un tío. “Se fue para buscar un mejor trabajo y superarse”, recuerda sollozando María Norma.
Sus manos tiemblan. Se lleva al rostro una toalla blanca para limpiar las lágrimas y sigue hablando de su hija.
“Ella me llamaba a cada rato, y esa vez nada”
En su corazón sentía que algo extraño ocurría. Para la media noche del viernes 14 de septiembre no aguantó más. “Me levanté a decirle a mis hijos que le marcaran, pero no contestó”.
El sábado la preocupación de María Norma aumentó. No tenía cómo averiguar por qué su hija no le regresaba la llamada.
Lo que más la inquietaba es que la última vez que hablaron le mencionó que volvería a Bonito Oriental. “De repente me llamó y me dijo que iba a trabajar una semana más. No pensé que iba a suceder lo peor”.
Quería ser enfermera
Aunque Bessy se fue con la idea de estudiar enfermería, no lo había podido lograr. Se dedicaba a trabajar y a enviarle dinero a su madre. A los 20 años quedó embarazada.
Para poder seguir trabajando le dejó la niña a su mamá desde los 23 días de nacida. La pequeña aún no caminaba cuando volvió a embarazarse. Tuvo un varón. Esta vez María Norma decidió no cuidarle al niño. “Ella quería tener a la niña a su lado, pero le dije que cuando el niño caminara se la prestaba”, recordó.
No había semana que Bessy no le enviara dinero a María Norma. También pagaba los estudios de sus hermanos y los visitaba cada mes para ver a su niña.
“Yo le decía que se viniera para acá, que tanta cosa que pasaba en San Pedro me daba miedo”.
Para el mes de julio el niño ya podía caminar y María Norma cumplió su promesa y le entregó a su nieta sin saber que dos meses después la enterraría.
Bessy logró acomodar su tiempo para estar con sus dos hijos y cuidar de tres menores en residencial Santa Mónica. Trabajaba como empleada doméstica cuando conoció a Manuel de Jesús Medina Soto (45).
“Mi hija nunca me lo mencionó, solo me habló del padre de sus hijos. Nunca me dijo que era maltratada. No me hablaba de problemas, era bien callada”.
La fatal noticia
La noticia que el domingo 16 de septiembre de 2012 trascendió en los medios de comunicación fue conocida por María Norma hasta el lunes 17.
De la boca de un vecino escuchó las palabras que destrozaron su vida; “Mataron a Bessy y a los dos niños”.
Su corazón quedó devastado.
A sus 23 años Bessy se sumó a las cifras de muertes violentas contra mujeres. Bessy, al igual que otras mujeres, perdió la vida a manos de su pareja. En este caso también sus dos hijos fueron asesinados por el hombre con quien había iniciado una relación de noviazgo. El niño cumpliría dos años el 31 de enero y la niña tres el 4 de febrero.
Según las autoridades policiales, Medina Soto discutió con su novia el sábado 15 de septiembre cuando ella le dijo que volvería a Bonito Oriental.
Desesperado y cegado por los celos la estranguló. La mujer y los niños fueron encontrados al siguiente día sin vida en el interior de un vehículo que fue lanzado a un barranco.
Medina Soto había fingido un accidente. También pretendió pasar por demente para evitar ser enviado a prisión.
Por ello, la Fiscalía de Delitos Contra la Vida solicitó una ampliación de la investigación para establecer la relación que existía entre la pareja y una amplia evaluación siquiátrica.
“Lo que se busca es modificar el delito de asesinato por parricidio. Hay que esperar dentro de 60 días que se lleva a cabo la audiencia preliminar para que la causa se vaya a juicio oral y público y se modifique el delito”, explicó el vocero del Ministerio Público.
SEGUIMIENTO:
Para el Conadeh (Comisionado Nacional de los Derechos Humanos) el femicidio es calificado como el más grave delito de violencia contra la mujer. Un informe realizado por el organismo revela que hay alrededor de tres víctimas de femicidios cada dos días.
A Medina Soto le espera la audiencia preliminar, donde la Fiscalía formalizará la acusación por tres delitos de asesinato.
“El juez tiene tres días para resolver si remite a juicio oral y público o le aplica otra medida alterna”, manifestó.
En el caso de parricidio Medina Soto tendría que pagar de 25 a 30 años de prisión. Además de las muertes de los niños que abarca la misma condena.
“Sumado las agravantes podría dar una pena de 180 años a 350 años de reclusión. Hay alevosía, premeditación, ventaja, dos menores víctimas y todo esto suma”.
Aunque Medina Soto pase el resto de su vida tras las rejas, para María Norma no es suficiente.
La mujer, que lava y plancha ajeno para sostener a sus otros hijos de 15 y 18 años, no encuentra consuelo. Intenta calmar su dolor rezando a Dios por su hija y sus dos nietos.
“Son tres seres queridos los que me han quitado. Ella protegía a sus hermanos y no supo protegerse”, dice María Norma mientras su mirada se pierde entre los 200 bloques que Bessy había comprado para arreglarle la casa donde en una semana, volvería a vivir junto a su madre, hermanos e hijos.
Fuente:
http://www.laprensa.hn/Publicaciones/Especiales/Victimas-inocentes/Victimas-Inocentes/Dona-Maria-una-madre-que-no-halla-consuelo-tras-asesinato-de-su-hija#.UHwraG9mIy0
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