Yo soy maestra, ya te lo había comentado, y desde dentro del sistema educativo, te cuento, si es que no lo habías notado ya, la educación nos prepara no para ser libres, reflexivas, cuestionadoras y autónom@s, ¡Qué va! Nos entrena para ser buen@s emplead@s, para intercambiar nuestro tiempo, nuestros conocimientos, capacidades y energía vital por dinero (de hecho, cada vez menos) y…ya.
En vez de enseñarnos a generar dinero y a que ese dinero trabaje por nosotr@s, que es a lo que llaman ingresos pasivos y que, por si no sabías, es lo que hace ricos a los ricos; nos enseñan a trabajar por dinero, haciendo que otros se hagan ricos con tu trabajo y de la riqueza que tú generas con tu esfuerzo, a ti te dan sólo una pequeña cantidad – menos impuestos, claro – y ellos se quedan con la mayor.
La educación nos hace, paradójicamente, conformistas y obedientes al sistema. Hoy en día, hace a l@s estudiantes, etern@s niñ@s berrinchudos y poco tolerantes a la frustración y, sin embargo, obedientes a lo esencial del sistema que apela a nuestra tendencia a la ley del menor esfuerzo, a seducirnos con el tener y el aparentar. Así estamos más o menos porque así conviene al 5% de la población que posee el 95% de la riqueza del planeta.
¿Y esto qué tiene qué ver con el tema central de esta columna? Pues, bastante porque…verás. Me gustaría ayudarte a ver que el sistema NO nos enseña a generar riqueza y, por consiguiente, independencia, ¿cómo crees? No le conviene. Necesita tenernos atemorizad@s, correteando la chuleta mes con mes, con la zozobra de si tendremos empleo el mes que viene, de si nos alcanzará para pagar todas nuestras deudas y satisfacer nuestras necesidades básicas, creando necesidades para que nos volvamos loc@s tratando de satisfacerlas porque “todo mundo” tiene esto o aquello y nada más.
Por otro lado, los empleos de esta era neoliberal nos ofrecen cada vez menos prestaciones y beneficios, menos posibilidades de hacer carrera como ocurría hace años; te recontratan cada cierto tiempo para que no generes antigüedad.
Si eres mujer, te siguen haciendo pruebas para ver si no estás embarazada, no obstante que sea ilegal por eso ahora dicen que es conveniente que te hagas unas pruebas para cerciorarse de que cuentas con buena salud.
¿Has oído hablar del techo de cristal?
Es esa barrera invisible que nos impide avanzar a puestos de verdadero poder donde está el progreso, a pesar de que, aparentemente, no hay nada visible que nos impida lograrlo. Como temen que faltes mucho por cuidar a tus hijos cuando se enferman –aunque estés casada se da por sentado que quien faltará al trabajo para cuidar de ellos eres tú - no te permiten subir a los puestos de mando; si decides dejar el trabajo remunerado por unos años para dedicarte a criar a tus hijos y trabajar en casa sin sueldo (como lo manda el sagrado patriarcado), cuando resuelves regresar al mercado laboral, esos años que pasaste en casa resultan ser un punto malo a ojos de los reclutadores que ¡te echan en cara tu ausencia del campo laboral pues ya no estás actualizada! Pero si trabajas todo el tiempo ¡La sociedad te echa en cara el abandono de tus pobres hijos por tu egoísmo!
Como ves, después de la rápida revisión de las grotescas condiciones laborales actuales, casi da igual trabajar en un sitio que en otro. Fidelizan a los clientes (hasta en las escuelas, donde ya no se les llama alumnos sino “clientes”) pero se olvidan de fidelizar a quienes, directamente, generan la riqueza de las empresas.
Una alternativa que, por cierto han explorado las mujeres desde siempre, y que les ayuda a cuidar a sus hijos y a su casa es generar ingresos con lo que ellas ya hacen en casa pero, inteligentemente, deciden monetizarlo. Hace tiempo ya te comenté algo al respecto.
Fíjate en las señoras que, mientras están en el café con las amigas, están ganando dinerito, vendiendo productos de un negocio de multinivel u objetos que ellas mismas elaboran. Hay señoras que cocinan riquísimo y se dedican a la cooperativa de las escuelas de sus hijos ¿Te has fijado en las mamás que están en la fila de coches esperando a que salgan sus hij@s del cole? Abren las cajuelas y ¡voila! Te venden cualquier cantidad de productos, así que esa espera se vuelve muy productiva.
Las hay que se lanzan a trabajos como freelanceras traduciendo desde casa o contestando encuestas a través de Internet, dando clases desde casa, incluso a través de Skype- yo he hecho todo eso -, haciendo videos por YouTube y, cuando se dan cuenta de que reciben visitas y que el mismo Google les empieza a pagar, lo hacen ya sistemáticamente; otras, cuidan niñ@s – de todas maneras, a eso se dedican, nada más que ahora, cobran.
Según cuentan los que saben (¿??), aún faltan entre 12 y 18 meses de austeridad y alza de precios…ya van 5 años pues, según recuerdo, la híper crisis comenzó en el 2008, pero bueno, el caso es que así como, de vez en cuando, haces limpieza profunda en casa y revisas qué conservas y de qué te deshaces, también sería bueno que hicieras, no una limpieza pero sí un recuento de los recursos con los que cuentas y de las “monerías” que sabes hacer y que podrían ayudarte a generar riqueza adicional y a llenar tus canastas para que siempre tengas algo que te proteja.
Un abrazo,
Mercedes
